Ministro de Economía celebra fuerte inversión extranjera en el país y afirma se debe a la ‘fortaleza institucional’ de Chile

El ministro Nicolás Grau dice que Chile ha demostrado ser un país sólido lidiando con las tensiones

A pesar de la difícil coyuntura económica internacional que está frenando las inversiones, Chile fue uno de los tres países latinoamericanos que más inversión extranjera directa (IED) atrajo en la región en 2021 y este año ingresó más de US$ 15.000 millones, una cifra sobre el promedio de los últimos cinco años que el ministro de Economía, Nicolás Grau, atribuye a la “fortaleza institucional” del país que perciben los inversionistas.

Esto a pesar de la turbulencia política que ha vivido el país durante los últimos tres años, la pandemia, el escenario actual de fuerte inflación y futura recesión.

Conversamos con el Ministro sobre este logro en medio de condiciones adversas para la inversión, sobre cómo los inversionistas han visto el manejo del primer proceso constitucional que fracasó este año y el segundo que está a punto de comenzar, y sobre el recién presentado proyecto de ley Más Mujeres en Directorios, que contempla que al 2026 los consejos administrativos y directivos de empresas fiscalizadas por la Comisión por el Mercado Financiero (CMF) deberán estar integrados por al menos un 40% de mujeres.

De ser aprobada, la ley colocaría al país al nivel de la Unión Europea, que también está promoviendo la paridad de género en los directorios mediante cuotas obligatorias.

A continuación nuestra charla con Grau, que ha sido editada por razones de concisión y claridad.

FORBES: Un informe de la CEPAL indica que a nivel regional, Chile fue el tercer país que más inversión extranjera captó en 2021, y en 2022 la IED en Chile va por sobre los US$ 15.000 millones ¿Cómo ve ese resultado?

GRAU: “En términos de inversiones, efectivamente ha sido un año mejor de lo esperado. No solo la inversión extranjera, que por supuesto es una dimensión muy importante, sino también en la formación bruta de capital, que es una medida más directa de inversión, que combina tanto la inversión extranjera como la inversión local. En esas dos dimensiones hemos tenido resultados mejores de lo esperado, en el caso de la inversión extranjera incluso más. Yo diría que tenemos un nivel de inversión extranjera que está por sobre el promedio de los últimos cinco años… yo no creo que esto sea azaroso, creo que tiene que ver principalmente con que la inversión extranjera busca tener retornos estables y confiables en el mediano y largo plazo, y que eso depende de la fortaleza institucional, depende de que efectivamente existan oportunidades de negocios consistentes con las nuevas tendencias, en particular con la crisis climática. Depende de que exista buen capital humano en el país, buena infraestructura, tanto física como digital, y todas esas condiciones, a nuestro juicio, Chile las cumple bien”.

Grau agrega que el desempeño del Gobierno y las certezas que dice ha ofrecido en medio de la incertidumbre política los últimos tres años ayudaron también a atraer esas inversiones.

“Es entendible que aun en un contexto económico mundial difícil la inversión extranjera tenga un buen flujo para el país… este ha sido un año, un primer año de un gobierno que ha mostrado un manejo económico responsable, transparente, que por cierto quiere hacer algunas transformaciones estructurales importantes pero que son transformaciones predecibles, que el mundo privado sabe que existen en otros países. No hay sorpresas, entonces la combinación de esos distintos factores, de los aspectos estructurales de la economía chilena y por otro lado el manejo económico del Gobierno, a nuestro juicio hacen entendible que tengamos estos estos resultados mejores de lo esperado… por supuesto que esto es muy importante porque estamos teniendo estos resultados al mismo tiempo que se está contrayendo el consumo, que es lo que necesitamos para poder controlar la inflación”.

FORBES: ¿Cuáles son los países que están más interesados en Chile y qué tipo de inversiones buscan?

GRAU: “Chile tiene algunos ámbitos que son relevantes históricamente y que lo siguen siendo. La inversión minera es relevante en Chile y lo va a seguir siendo, entre otras cosas, porque también, para efectos de los desafíos que imprime la crisis climática, la minería es tremendamente relevante para la electromovilidad, y para otro desafíos asociados a la crisis climática la minería tiene un rol clave y eso se espera que aumente la demanda… tanto de cobre como de litio, son ámbitos muy relevantes de inversión… y allí, por supuesto, digamos que los países que tienen una tradición minera son los que están detrás del grueso de esa inversión. Después está energía, yo diría energía en dos ámbitos: lo que ya hemos hecho con mucha fuerza los últimos 10 años, que es esta transición relevante que ha tenido Chile hace una matriz renovable, con protagonismo de la energía eólica y la energía fotovoltaica, y por otro lado el hidrógeno verde, que es una nueva industria que está generando mucho interés”.

Otros ámbitos que Grau destacó “es todo lo asociado a lo digital y a la exportación de servicios globales. En lo digital destacan los datacenter, la inversión en fibra óptica, la inversión en infraestructura 5G, todos esos ámbitos son por cierto también muy relevantes. La agenda digital se lleva una parte importante de la torta de la inversión en Chile”.

FORBES: Usted habló de la inversión minera y quería preguntarle, porque hubo declaraciones de mineras que dijeron que estaban reconsiderando inversiones en Chile cuando estaba la discusión del proyecto del royalty minero (proyecto de ley que aumenta los impuestos que la gran minería debe pagar al Estado), pero ¿usted no ve que estas inversiones se vayan a ir o se vayan a frenar?

GRAU: “Nosotros estamos actualmente en una discusión del royaltyLa postura del Gobierno es que es razonable, que dado que están terminando los contratos de invariabilidad tributaria… existe una discusión respecto a cómo puede haber una contribución mayor de la gran minería, porque esto es solo para la gran minería, a las rentas del país y que eso nos permita abordar en parte de los grandes desafíos sociales que tenemos, que nos van a permitir tener a futuro más cohesión social”.

“Se han hecho cambios a la propuesta inicial y la propuesta actual es una propuesta que está totalmente en línea con lo que existe en otros países. Como es una propuesta que está en línea con los otros países, es razonable pensar que Chile va a seguir teniendo un atractivo muy relevante en lo que se refiere a la inversión minera”.

FORBES: Sobre el nuevo proceso constituyente ¿cómo lo ve usted para el ambiente de las inversiones?

GRAU: “Yo creo que cuando uno conversa con inversionistas que están tomando una decisión cuyos retornos dependen de la evolución institucional, política, económica y social del país de los próximos 10, 20 años, más importante que entender qué es lo que ha pasado, lo que ellos quieren entender es cómo las instituciones que tiene el país, su fortaleza democrática, les va a permitir reaccionar a distintos desafíos que incluso hoy son difíciles de predecir, y yo creo que en esa predicción, en esa relevancia que se le da a la fortaleza institucional a la hora de tomar una decisión de inversión, Chile, y lo que ha ocurrido en Chile en los últimos años es un aspecto positivo. ¿En qué sentido? En que el país ha sido capaz de encausar de forma ordenada y democrática distintas tensiones sociales y discusiones importantes respecto a nuestro orden constitucional. Ha habido una cierta continuidad en todo ese ese proceso. Siempre como ha dicho el presidente Boric, los problemas que hemos tenido siempre los hemos resuelto con más democracia, nunca con menos democracia… en general los países latinoamericanos y también otros países, sobre todo no desarrollados en el mundo, son países que tienen importantes niveles de desigualdad, que tienen tensiones sociales, que tienen carencias, necesidades no bien cubiertas y por lo tanto es siempre posible que existan tensiones, conflictos, debates. Entonces lo importante, lo distintivo entre los países no es que existan esas tensiones, esos debates, sino que lo distintivo de los países es cómo lo encausan institucionalmente, si son capaces sus democracias de reaccionar frente a estos desafíos y resolverlos de forma ordenada y productiva, y yo creo que eso es lo que ha demostrado Chile durante durante estos años”.

FORBES: Usted ha hablado sobre los cambios con certezas, no sorpresivos. ¿Qué es lo que quiere decir? ¿Qué es lo que les importa a los inversionistas este en medio de todas estas discusiones (sobre el proceso constituyente)?

GRAU: “Yo diría que tanto el proceso constitucional pasado como este proceso constitucional… en ambos casos existe de nuevo una discusión ordenada donde lo más probable es que las distintas propuestas que vayan surgiendo mantengan aspectos muy relevantes desde el punto de vista de la institucionalidad económica que den certeza a los inversionistas. Tal vez un ejemplo muy nítido de esto fue, por ejemplo, que la independencia del Banco Central era algo que se mantenía también en el proceso anterior y es muy probable que en este se mantenga. De hecho, en este además es parte de uno de los acuerdos iniciales que hicieron los distintos partidos, y así otro tipo de instituciones económicas que han sido relevantes en Chile, yo diría que hay un amplio consenso de que ellas deben mantenerse. Por otro lado hay otros ámbitos que también son importantes para los inversionistas, donde una nueva Constitución nos puede ayudar. Por ejemplo, que existe una mayor certeza y tranquilidad para las familias respecto a su acceso a derechos sociales, a educación, a salud, a servicios en el fondo de calidad, eso va a entregar más cohesión social. Una sensación de comunidad mayor también da más libertad a las personas, lo que les permite ser más creativos, les permite ser más emprendedores, más emprendedoras”.

“Creo que del punto de vista de los inversionistas, lo que se debiera esperar de este proceso es que nuestra economía, nuestra sociedad, nuestra capacidad de tener cohesión social, de ser un ambiente proclive para el desarrollo de oportunidades de negocios se debiera haber fortalecido a partir de este proceso constitucional”.

Más mujeres en directorios

Por otro lado, a principios de mes el ministerio de Economía, junto con el ministerio de la Mujer y Equidad de Género, y la subsecretaria de Economía y Empresas de Menor Tamaño presentó un proyecto de ley que establece cuotas mínimas de mujeres en los directorios de Sociedades Anónimas Abiertas y Especiales fiscalizadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), para reforzar la igualdad de género en estas entidades.

Estudios han demostrado que tener a más mujeres en puestos directivos en empresas tiene efectos positivos dentro de las organizaciones, como mayor presencia de mujeres en la alta gerencia de empresas, disminución de la brecha salarial entre hombres y mujeres, mayor rentabilidad en las empresas y menores posibilidades de bancarrota.

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A nivel mundial, las mujeres ocupan solo el 18,2% de los puestos de directorios de empresas, y a nivel de los países de la OCDE la cifra aumenta a 25%. En Chile, solo el 12,7% de los puestos de directorios son ocupados por mujeres y casi la mitad de las empresas (47%) no tiene mujeres entre sus directores.

Con el nuevo proyecto de ley Chile aspira a que las empresas fiscalizadas por la CMF tengan al menos 20% de mujeres en sus directorios en los primeros tres años después de aprobado el estatuto, para luego aumentar la cantidad a 40% al cabo de seis años. Si en seis años no se alcanza esa cifra las empresas deberán repetir las elecciones de sus directorios hasta obtener el resultado requerido y si el incumplimiento es persistente la CMF podrá aplicar las sanciones que estime convenientes.

Es una solución que pudiera parecer polémica, pero es efectiva. Según un estudio de la Fundación Chile Mujeres, basado en datos internacionales, los países con cuotas obligatorias tienen un promedio de 39% de mujeres en directorios, la cifra desciende a 26% en los países con cuotas recomendadas y a 15% en los países que se autorregulan.

Países como Francia, Noruega, Islandia o Italia (con cuotas obligatorias), o como Costa Rica, España, Finlandia, Irlanda, Eslovenia, Israel, Luxemburgo, Nueva Zelanda o Suecia (con cuotas recomendadas), todos con cifras iguales o superiores al 40% de mujeres en sus directorios, son los que Chile aspira a imitar.

Le preguntamos a Grau por qué en Chile la solución pasa por cuotas obligatorias y no por decisiones voluntarias de la empresa privada.

GRAU: “Estamos perdiendo talento”, dice. “Todas las mujeres son más de la mitad de la población. Cuando uno ve las empresas listadas en la bolsa y se aproximan a las empresas que van a estar sujetas a esta normativa que estamos llevando al Parlamento, ve que hay una participación de mujeres del 12% en esas empresas, y más preocupante, a mi juicio, hay un poco menos de la mitad, un 47%, que no tiene ninguna mujer en el directorio… esto no es un fenómeno que estemos discutiendo de manera aislada en Chile. La Unión Europea acaba de definir que todos sus Estados miembros, en un corto plazo, van a tener que tener justamente este 40% de mujeres en los directorios. Entonces yo diría que Chile se está sumando bien a una a una visión y a una ola mundial que está asociada a este tema”.

“Ahora”, continúa, “la justificación concreta tiene dos ámbitos: una es que nosotros estamos convencidos que las empresas van a funcionar mejor así, que van a ser mejor en términos de su desempeño económico y también va a ser mejor en términos de cómo son capaces de reaccionar a situaciones más adversas. La diversidad, las distintos puntos de vista, eso normalmente suma a cualquier organización y en particular a una empresa. Y también creemos que va a tener un impacto en las empresas porque las desigualdades entre hombre y mujer, económicas, son diversas. La parte de los directorios es una parte pequeña de esas desigualdades, pero como allí hay una concentración de poder y de decisiones relevantes, eso permea también a otras decisiones dentro de la compañía. Esa es la primera razón: las empresas van a ser mejores”.

“Lo segundo es una convicción política del Gobierno. Este es un gobierno que se declara feminista, eso significa que, entre otras cosas, nosotros creemos que las mujeres deben tener una representación relevante en todos los espacios de poder”, concluye

Fuente: Forbes Chile

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