El último año será recordado como uno de los más desafiantes de la historia moderna. La pandemia por COVID 19 llegó para cambiar la vida de millones de personas, la forma en que nos comunicamos y nos relacionamos. De igual manera hemos experimentado la
transformación de las prácticas laborales hasta ahora aceptadas, las normas sociales, la manera de realizar eventos y un sinfín de hábitos y costumbres que se verán afectados para siempre.
Nuestra comunidad empresarial chileno-mexicana, también ha sufrido las consecuencias de este acontecimiento y otros más.
Las masivas manifestaciones sociales marcarán para siempre la historia moderna de Chile, poniendo en entredicho un modelo económico admirado mundialmente y afectando la imagen del país en el extranjero.
Fuimos testigos de una legítima demanda por parte de sectores que se han quedado atrás en el desarrollo de los últimos años; como comunidad también experimentamos una enorme violencia, ataques hacia la propiedad privada y la dificultad del Gobierno para mantener el estado de derecho a finales del año 2019 e inicios del 2020.
A raíz de todos estos hechos se vislumbra un Chile distinto al que los inversionistas extranjeros estamos acostumbrados. En los próximos años seremos testigos de nuevos cambios, que incluyen el plebiscito para una nueva constitución y el final del segundo gobierno del Presidente Sebastián Piñera Echenique.
Por otro lado, en México, el inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador encendió la esperanza de millones de mexicanos que votaron por un cambio en un país marcado por los altos niveles de pobreza e inseguridad.
Hoy, a casi dos años de iniciado el sexenio, los resultados no han sido los esperados. La situación económica, marcada por una caida del PIB del 0.1% en el 2019, se ha complicado aún más debido a factores externos como la baja en los precios del petróleo y la profunda
crisis mundial derivada de la pandemia por COVID 19.
No referirse a los enormes desafíos que enfrentamos, no solo como sociedad sino como planeta, sería tapar el sol con un dedo.
Sin embargo, es precisamente en las mayores crisis en donde se encuentran las mayores oportunidades.
El COVID 19 ha acelerado la transformación digital de millones de empresas en todo el mundo. Herramientas de telecomunicación, que por cierto ya existían antes de la pandemia, se han vuelto de uso común y familiar para todos nosotros. Increíblemente, no obstante, la dificultad para viajar entre países, las grandes distancias geográficas se han acortado con el uso de las tecnologías y la gente está más dispuesta a reunirse con una contraparte de manera virtual.
Como sociedad nos hemos tenido que quedar en casa por varios meses, hemos aprendido a mantener una distancia social y a utilizar implementos que nos permiten cuidar al resto y a nosotros mismos. Pero esta situación también nos ha recordado la esencia de lo más importante como abrazar a nuestros seres queridos, compartir una comida o simplemente salir a caminar en familia.
A veces es necesario detenerse para que la mente se logre poner en movimiento y logremos avanzar como sociedad.
Lamento profundamente la situación de millones de personas que alrededor del mundo han perdido a un ser querido, su casa, su trabajo o simplemente lo han perdido todo.
Agradezco de corazón el apoyo de todos nuestros socios, que se han mantenido de manera solidaria en nuestra cámara a pesar de todas las dificultades que están experimentando y de muchos otros que se han integrado a nuestra comunidad en un momento en el que la colaboración es vital para salir adelante.
Estamos frente a la gran oportunidad de construir una sociedad más próspera y más justa, una sociedad en la que las empresas busquen con aún más fuerza aportar a las comunidades en las que operan e impactarlas positivamente.
Aún nos esperan meses y posiblemente años difíciles, pero no tengo ninguna duda de que lograremos superarlos juntos. A pesar de todas las dificultades los vínculos entre Chile y México continúan fortaleciéndose, las inversiones siguen al alza y la distancia geográfica es superada, ahora más que nunca, por el entrañable cariño existente entre nuestros pueblos.