En el piso 32 de la Torre Mayor, ubicada en el Paseo de la Reforma, mirando de frente al Bosque de Chapultepec, hay una oficina semivacía. Muchos terminales financieros, una sala de reuniones y otra que sirve de cafetería. La vista es imponente hacia las oficinas centrales del BBVA en Ciudad de México, y se divisan Reforma y el bosque. Ahí, entre uno de los terminales, saluda Carlo Lombardo, el country head de LarrainVial en México.
La gestora de inversiones chilena es una de las últimas en instalarse en tierras aztecas, atraídas por un mix de razones: la liberalización de las inversiones en activos alternativos de las Afores (símil de las AFP); la alta presencia de inversiones extranjeras productivas y financieras; el conocido como nearshoring, que permite instalar fábricas en la frontera norte con ventajas impositivas, y una avalancha de startups chilenas abriendo oficinas en el país revelan, como dicen varios en el mercado, que “México está hot”.
Sólo unas cifras para dimensionar la magnitud de un país con 127 millones de habitantes: en 2023 la Inversión Extranjera Directa tocó un nuevo máximo histórico de flujos, cuando entraron US$ 36.058 millones y el principal actor institucional, las Afores, gestionan US$ 310 mil millones (más que el PIB de Chile), lo que se duplicará hacia 2030, después de la entrada en vigor de la reforma a la Ley del Sistema de Ahorro para el Retiro en 2020, la cual estipula que las aportaciones de los empleadores aumentarán paulatinamente de 5,15% a 13,88% para el 2030.
“Alguien tiene que invertir ese aumento de fondos administrados, y ese mercado es el que estamos buscando”, dice Lombardo, un ex ejecutivo de la Afore Profuturo, y con pasos por Blackrock y Santander.
LarrainVial desde 2020 que estaba presente en México como distribuidor de grandes fondos de inversión para institucionales y clientes de alto patrimonio. De hecho, a la fecha maneja unos US$ 2,1 billones a clientes mexicanos entre sus tres actividades: distribución de fondos de terceros, fondos mutuos y fondos alternativos propios, como el que lanzaron de desarrollo de complejos industriales en el norte del país, en alianza con el operador local, Delta, y que ya ha levantado US$ 100 millones.
“México se ha ido sofisticando en su mercado de capitales, y en eso hemos aprendido mucho de Chile, aunque acá todo es a mayor escala. Las Afores sobre todo se han sofisticado y están buscando operadores de mayor nivel y que tengan una mejor visión de Latinoamérica en su conjunto”, cuenta Lombardo, quien ahora tiene un equipo de cuatro personas, pero están ampliándose, por eso la instalación de la oficina en un punto tan neurálgico de la ciudad.
Eso ha hecho que actores de peso, por ejemplo, como Compass, que llevaba más de 10 años en el mercado local, se haya fusionado con la brasileña Vinci Partners. Otros casos de chilenos que han instalado bandera en México son Fynsa, HMC, Volcom y Ameris. Además de los fondos de venture capital, como 30N, Platanus o FEN Ventures.
David López, country head de Ameris en el país, cuenta que partieron mirando México hace varios años, principalmente por el tamaño del mercado, en dos de sus negocios principales, activos alternativos como infraestructura, private equity y real estate, además de distribución institucional, que ya hacen en Chile, Perú y Colombia.
“Nos vinimos a México para replicar lo que ya hemos hecho en la región. Y todo empujado por la reforma al sistema de pensiones mexicano que gatilló un dinamismo financiero y potenciales inversionistas, es el mercado más sexy de la región hoy por sus inversionistas institucionales y las Afores”. De hecho, el último cambio permite que las Afores puedan invertir 20% en activos alternativos alternativos, y 10% en suelo mexicano.
Sobre cómo ven a Chile en México, López dice que “lo visualizan como un mercado desarrollado en el mercado financiero, sobre todo en pensiones y las inversiones, lo ven como una guía a seguir”.
Otros que recién están llegando son Fynsa. Cuenta Juan Eduardo Biehl, socio de la firma y a cargo de Business Development, que hace cinco años partieron saliendo de Chile hacia Perú. “A México, el chileno lo veía menos, estaba primero Colombia, Perú o Brasil, pero ahora esa visión ha cambiado. Y mucho tiene que ver con que primero llegaron las startups chilenas a Ciudad de México, y luego vinieron los financistas siguiéndolos”.
Fynsa particularmente primero llegó de la mano de la startup chilena Galgo, con quienes ya tenían un fondo en Chile, y que ahora están replicando en México. “Hoy tenemos oficina temporal en México; si esto resulta, nos instalamos”, dice Biehl.
Por otra parte, desde el VC, Tomás Deneken, de 30N Ventures, explica que movieron sus oficinas desde Chile a Ciudad de México. “Viajábamos mucho a México, y gran parte del equipo estaba acá, así que decidimos movernos”, explica el cofounder y managing partner del fondo que ha invertido en Foodlogy, y donde también participan Daniel Kranzler, Paula Giraldo y Salvador Said.
“México siempre ha sido importante, por el dealflow que hay, y porque gran parte de las Series A están en México, que es el foco de nuestro fondo”, apunta, junto con enfatizar que es un ecosistema de startup más desarrollado junto con el de Brasil. “Estamos súper optimistas, el nearshoring ayuda harto, y hay más apetito por private equity y venture capital”.
Fuente: DF MAS