Todos los días, a partir de las 08:00, el Comité de Continuidad de Negocio de Grupo Bimbo se encuentra virtualmente para tomar decisiones sobre la marcha de la empresa en tiempos de confinamiento por la pandemia de COVID-19. En ese espacio, distintos líderes de las divisiones de la compañía definen acciones que se convierten en hechos inmediatos en los 300 centros de distribución y 22,000 rutas de reparto que tiene en México.
José Manuel González Guzmán, director comercial de Grupo Bimbo, es uno de esos tomadores de decisiones. Nos comparte que en este tiempo, desde el comité se han definido acciones que han modificado las dinámicas integrales de procesos como horarios de reparto, hasta todo el diseño del programa “Bimbo Contigo”, integrado por al menos una decena de acciones de apoyo a los microempresarios, propietarios de misceláneas, que constituyen uno de sus principales brazos de negocio.
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El grupo logró todo lo anterior en un plazo de entre dos y tres semanas. El nivel de complejidad de la operación de Bimbo en tiempos de COVID-19 trastocó todas las capas del negocio: la más visible está en los exhibidores. Pero envuelve, por supuesto, a todo su personal de logística y fabricación, de comunicación y mercadotecnia, de finanzas… impacta en todas las áreas de negocio. En momentos así, ¿en función a qué se toman las decisiones que repercutirán entre sus miles de colaboradores en el país?
“En función a la gente”, afirma, categórico, González Guzmán. A la gente que escuchan a través de de su Connection Center, dirigido a los propietarios de tiendas y pequeños comercios, que pueden acceder a él por teléfono, correo electrónico, chat y redes sociales, para resolver necesidades relacionadas con Grupo Bimbo y asegurar el abasto y distribución puntual, aun durante la crisis.
Ese espacio es vital para escuchar a sus clientes y brindarles soluciones, como la ampliación de tiempos de pago a través de su programa Crédito Pesito1 —en el que la mercancía se deja en anaquel, pero el cobro por la misma llega días después, para favorecer las ventas y liquidez de la tienda—. También en el uso de Qiubo, una plataforma que ofrece tecnología a los pequeños comercios para que puedan recibir pagos con tarjetas de crédito, débito y vales de despensa, vender tiempo aire y cobrar servicios.
El director comercial reconoce que Connection Center es uno de los faros guía del Comité de Continuidad de Negocio, en su diseño de acciones.
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Que Grupo Bimbo sea una empresa global también ha sido un factor decisivo en su capacidad de reacción y adaptación para afrontar la crisis sanitaria por COVID-19. Tiene presencia en 33 países. Así que lo que vio el corporativo en, por ejemplo, algunas naciones europeas, también le ayudó a capitalizar la experiencia para prepararse frente a la oleada en México.
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Protección al personal
En la contingencia sanitaria por COVID-19, Grupo Bimbo ha cuidado a los microempresarios de las misceláneas y tiendas de abarrotes. Pero también a sus colaboradores internos.
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González Guzmán comenta que, por ejemplo, la empresa modificó sus procesos del protocolo liquidación exprés (el corte de caja de lo que cada unidad repartidora recibe de las tiendas), que antes de las Jornadas de Sana Distancia tomaba un promedio de 40 minutos, y que ahora puede resolverse en 15 minutos. Además, a la entrada de las instalaciones de los centros de reparto y de fabricación hay estaciones que toman la temperatura de todos y cada uno de los colaboradores que están por ingresar. También hay túneles de desinfección. Una vez dentro de las instalaciones, esas acciones continúan con el lavado de manos constante, gel desinfectante, uso de cubrebocas, guardar distancias de metro y medio…
En el comienzo de la Jornada de Sana Distancia la compañía mandó alrededor de 5,000 colaboradores a su casa, asegurando salario y puesto, porque se encontraban entre los grupos vulnerables. No obstante, Grupo Bimbo ha logrado garantizar el abasto al poco más de un millón de misceláneas que atiende en México. La marca Bimbo, al igual que Marinela, Barcel, Ricolino, Tía Rosa, Milpa Real, Sanissimo y Suandy han seguido llegando a sus espacios en los anaqueles.
Un esfuerzo coordinado que ha funcionado, de manera óptima, en las manos de los miles de trabajadores que tiene en el país. Un esfuerzo que es reconocido ampliamente por el Grupo, asegura su director comercial, y que será agradecido en una campaña que está por comenzar en México: en los empaques de sus diversos productos irán impresos los nombres de sus colaboradores, como un homenaje a la fuerza de trabajo que ha sabido cumplir una misión titánica que se construyó con base en la protección de la gente.
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Fuente: Expansión
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