La autoridad electoral chilena informó que 7,5 millones de electores participaron el domingo dentro y fuera del país en el plebiscito que dio luz verde a la redacción de una nueva Constitución política, la participación más alta desde 2012 cuando el país sudamericano implementó el voto voluntario.
El Servicio Electoral (Servel) dijo que la participación se empinó al 50,9% del padrón electoral de 14,8 millones de votantes habilitados para sufragar, en una elección enmarcada por la pandemia de coronavirus y las restricciones adoptadas para frenar los contagios.
“Sin duda estamos frente a la mayor votación de la historia de Chile, desde el punto de vista ‘votación’ en votos absolutos, y además de eso, rompimos también la barrera que no superaba desde el año 2012 con voto voluntario el 49,2%”, destacó el Servel.
El ministro de Interior, Víctor Pérez, celebró la demostración de civismo al hacer un balance de la jornada. «La gran mayoría de los chilenos prefiere los caminos de la democracia y de la institucionalidad», dijo.
El domingo culminó con masivos festejos en Santiago y otras ciudades del país. Poco más de un centenar de personas fue detenida por desórdenes, delitos contra instalaciones públicas y robo, entre otras causas, informaron autoridades.
«La victoria del ‘apruebo’ en el referendo constitucional celebrado ayer, 25 de octubre, nunca estuvo en duda. Sin embargo, el margen de victoria fue mayor de lo esperado, con una participación relativamente alta para los estándares chilenos», dijo el lunes la consultora Teneo.
El proceso constitucional comenzó a tomar forma hace un año, cuando el gobierno del presidente Sebastián Piñera impulsó un amplio acuerdo político para encausar la más masiva ola de protestas sociales en tres décadas. El plebiscito fue fijado inicialmente para abril pasado, pero la pandemia obligó a retrasarlo hasta octubre.
Los partidarios de la opción «apruebo» buscan terminar con la Constitución redactada en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Las protestas, muchas de ellas violentas, fueron intensas hasta fines del año pasado y comenzaron a perder fuerza hasta que en marzo se detuvieron debido a la irrupción del virus. Sin embargo, a medida que se inició el paulatino desconfinamiento, las manifestaciones comenzaron a volver.
Días atrás, a una semana del plebiscito, una manifestación inicialmente pacífica derivó en saqueos, enfrentamientos y violentos disturbios sobre todo en el centro de Santiago donde dos pequeñas iglesias fueron incendiadas.
De acuerdo al balance más reciente del Servel disponible la mañana del lunes en su sitio web, con un 99,85% de las mesas escrutadas, los chilenos aprobaron con un 78,27% de los votos iniciar el proceso para redactar una nueva carta magna, frente al 21,73% que se opuso.
Además, el órgano redactor del nuevo texto será una asamblea de 155 ciudadanos elegida íntegramente para ese propósito, un hecho histórico en Chile. Estará conformada de manera paritaria por hombres y mujeres, pero aún se debate en el Congreso la participación de ciudadanos independientes, no vinculados a partidos políticos, y cupos reservados a pueblos originarios.
La elección de constituyentes será en abril y el órgano tendrá hasta 12 meses para redactar el nuevo texto, cuyas normas deberán ser aprobadas por dos tercios de los integrantes. La nueva carta será sometida a otro plebiscito y en caso de ser rechazada, seguirá vigente la Constitución actual, aunque sometida a varias reformas.
La participación en el plebiscito aprobatorio será obligatoria.
Fuente: AmericaEconomia.com
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